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Las peores películas de la historia, ¿quién decide?
¿Cómo decidir cuáles son las peores películas de
la historia? Hay varias nociones, la primera de ellas es cuando una película no
tiene propuesta ni en fondo ni en forma, simplemente es un pretexto para vender
palomitas y boletos de cine.
Otra cuestión es cuando un film resulta incómodo,
lento o aburrido son adjetivos que se pueden utilizar para películas que no son
del agrado del público que, normalmente, entiende el cine como un momento de
entretenimiento, no quiere confrontarse.
También hay otra noción, a veces engañosa, la de
películas que sirven de propaganda a una postura, antes que una experiencia
estética e intelectual venden ideas.
Hollywood es una maquinaria de películas que no
perduran después de que el combo de palomitas y refresco ha terminado, aunque
para algunos es suficiente. De manera curiosa la peor película de la historia,
según el sitio IMDB, no es de Estados Unidos, sino de Italia, se trata de la
animada La leyenda del Titanic (2000), película en la que un ratón cuenta
a sus hijos la historia del barco, que incluye pulpos y tiburones
Para algunos Steven Spielberg es un
maestro del cine, aunque sus películas siempre son tendenciosas para el publico
acostumbrado a criterios un poco más abiertos: la defensa que Spielberg
hace del pueblo judío es evidente y quizá un poco lastimera en ocasiones, como
en La lista de Schlinder, su multipremiada cinta de 1993.
Algunas películas son incómodas. Michael:
Crónica de una obsesión, de Markus Schleinzer, de reciente estreno en
México, provocó comentarios encontrados en los lectores de Esmas Cine. Esta
película más que darnos respuestas nos dejaba inquietos sobre el comportamiento
de un pederasta. Para algunos no es una cinta recomendable.
Algunas otras películas han sido destrozadas
tanto por la crítica y el público. Glitter (2001) y Gigi (2003),
cintas que intentaron ser vehículos de lucimiento de Mariah Carey y
Jennifer Lopez son parte de las 100 peores películas de la historia del
cine para el IMDB.
Los criterios para definir la calidad y propuesta
de una película no siempre la tienen los críticos o los festivales de cine, es
el público y el tiempo los que hacen justicia a los filmes.
A veces el público, convertido en parte de la
crítica y luego en autor, como los directores de la Nueva Ola Francesa (Francois
Truffaut, Claude Chabrol, Jean Luc Godard), son los que otorgan un lugar
privilegiado a películas que no gozaron de éxito de público o crítica, es lo que
sucedió con Vértigo, obra de Alfred Hitchcock, considerada hoy,
con amplia razón, la mejor de la historia del cine por la revista Sight and
Sound.
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