lunes, 3 de septiembre de 2012

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Las manos detrás del telón

Fela Fábregas, Morris Gilbert y Tina Galindo, tres decanos de la producción teatral en México, nos cuentan cómo se enamoraron del escenario

En el universo teatral mexicano brillan tres incansables y experimentados productores: Fela Fábregas, Morris Gilbert y Tina Galindo, quienes durante años han dado impulso a las artes escénicas con ambiciosos proyectos, apoyo a nóveles talentos y apertura de espacios.
Respaldando siempre a su esposo, el fallecido actor, director y productor Manolo Fábregas, Fela lo apoyó en la creación primero del Teatro San Rafael y después del Centro Teatral Manolo Fábregas. Desde 1951, año en que contrajo matrimonio con el legendario actor, se involucró en la actividad teatral de la familia, realizando desde relaciones públicas hasta el diseño de vestuario.
Hace 30 años fundó el Centro Cultural Virgina Fábregas, en el cual se imparte la carrera de actuación y comedia musical. Después de la muerte de Manolo Fábregas (1996), tomó las riendas de los teatros, las producciones y la escuela, labores que desempeña hasta hoy.
Morris Gilbert tiene más de 35 años de experiencia en la producción teatral y actualmente está al frente de la división teatro de OCESA, empresa líder en entretenimiento en México. Durante 15 años de trabajo en este consorcio, Morris ha logrado montar 21 musicales, comenzando con “La Bella y la Bestia” (1997), pasando por “Los Miserables”, “Si nos dejan” y en pocas semanas estrenará “Mary Poppins”.
Bajo su supervisión, se encuentran en cartelera nueve puestas en escena, pero su historial registra 85 obras producidas, las cuales suman alrededor de 36 mil funciones avaladas por él.
Tina Galindo ha demostrado su poder de mando al quedarse al frente de dos importantes recintos del Distrito Federal, el Teatro de la Ciudad, de 1976 a 1982, y el Teatro de los Insurgentes, desde hace 15 años, ocho de los cuales produjo sola lo que ahí se presentaba, hasta que se asocia con Claudio Carrera.
Durante su administración se han montado obras en el Insurgentes con elencos de primer nivel, en los cuales figuran nombres como Diego Luna, Silvia Pinal, Jacqueline Andere, José María Yazpik, Rebecca Jones y Demián Bichir, por mencionar algunos.
Ya sea por vocación, por amor o descubrimiento, el encuentro de estas tres figuras con el teatro ha sido predestinado y con mucha fortuna.
Toda una vida por amor
Continuadora del legado teatral de la familia Fábregas, Fela asegura que su incursión en el mundo del teatro fue por amor a su esposo, Manolo Fábregas. “Sé que si él hubiera sido doctor yo hubiera sido enfermera, que no me hubiera gustado, pero lo sería con tal de estar con él”.
Es que Fela reconoce que cuando conoció a su esposo nada sabía del teatro, incluso no dimensionaba la importancia de Virginia Fábregas, abuela de él, hasta que la acompañó a una función, en la que recibió aplausos de pie, aunque sólo estaba en el teatro como espectadora.
Así comenzó una mancuerna de trabajo muy efectiva, prueba de ello es que la ahora productora fue quien ideó las funciones de estreno para invitar a personalidades y prensa, así como las develaciones de placas al llegar a las 100 funciones, para darle más empuje a los montajes de su marido, actividades que hoy son una tradición.
“Trabajé como una loca, porque no había toda la ciencia de hoy, que hay representantes o gente de relaciones públicas, yo me ocupaba de llevar los boletos a los periódicos”.
Ella afirma que busca seguir con la filosofía de Manolo Fábregas, a quien considera un verdadero productor “porque estaba en todos los personajes, primero fue actor, después director porque no podía pagar uno, luego construyó teatros... lo que hacía Manolo no lo hacen ahorita”.
Entre los sueños que su famoso esposo le ayudó a cumplir, fue la creación de un lugar donde los futuros actores pudieran formarse, así surgió hace 30 años el Centro Cultural Virginia Fábregas. También creó la carrera de Comedia Musical y cursos de verano, y otorga becas basada en su “intuición”, para que los alumnos estudien en el Instituto de Cine de Madrid. “Comenzamos con un salón, fue tanto el éxito que llegamos a tener 306 alumnos”, recuerda la productora, quien explica que el Teatro Virginia Fábregas nació para los montajes de la escuela, pero hoy es usado de manera profesional.
Fela Fábregas considera que hacer teatro hoy es igual de difícil que hace 50 años. “Siempre es un riesgo, haces obras con todos los ingredientes para que sean un éxito y no lo son”.

TV RECORDS.

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